LIMITAR LOS RIESGOS
Las medidas útiles para reducir la frecuencia de los accidentes de circulación son bien conocidas: barandillas de contención en las aceras, bandas rugosas para reducir la velocidad de los vehículos, señales especiales y severidad a la hora de reprimir las infracciones.
Por otra parte, no se puede descuidar la educación vial de los niños: mostrarles cuáles son las reglas de seguridad que hay que seguir y ayudarles a tomar conciencia de los peligros.
Los accidentes deportivos son poco frecuentes si la práctica se desarrolla en un marco seguro. Por ello, es importante saber escoger las instalaciones o las actividades con buen criterio.
Los accidentes domésticos son más difíciles de afrontar. En general, los padres están convencidos de que basta con vigilar a los niños para garantizar su seguridad. Las estadísticas demuestran que esta convicción es infundada, dado que los lugares más peligrosos son la cocina y el baño precisamente en los momentos en que también están los padres. Mientras se hace la comida o uno de los progenitores se está duchando convendría que los hijos permanecieran en su habitación, que es probablemente el lugar más seguro. La casa no es el niño confortable que a veces se imagina, dado que en ella se produce la mayoría de los accidentes.
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