DESCANSO Y SUEÑO
Durante los períodos de descanso y sueño el cuerpo se repone, vuelve a adquirir energía y se prepara para una función renovada. Pero, el cuerpo y la mente no dejan de trabajar por completo mientras se está durmiendo: se sigue respirando y el corazón late, los párpados parpadean, etcétera. Incluso, los procesos vitales, como la respiración y la circulación de la sangre, funcionan, aunque más lentamente y todo ello, para acumular energía. El objetivo principal del sueño es la regeneración de la energía nerviosa. La vitalidad del cuerpo se restaura. Durante el sueño, el cuerpo está lleno de actividad: reparación de tejidos, curación, realimentación de órganos y células con combustible, sustitución de células viejas que han perdido vitalidad por otras nuevas. El corazón bombea sangre a través del cuerpo para recoger desechos y residuos no eliminados el día anterior y transportarlos a los canales de eliminación. La tensión muscular, la velocidad del pulso, la temperatura y la presión sanguínea suben y bajan. Sólo una parte del cerebro está dormida, pues el sistema nervioso continúa realizando miles de millones de procesos mientras estamos durmiendo.