ATENCIÓN RELIGIOSA
La posibilidad de que el anciano reciba o no una atención religiosa en consonancia con sus propias creencias y deseos depende también, muchas veces, de una decisión médica. El descuido, la inadvertencia, el miedo a la reacción del enfermo o de su familia o, simplemente, la proyección sobre el paciente de las propias ideas pueden condicionar un vacío importante en este terreno. Es difícil valorar en qué medida la religión ayuda a superar buena parte de los problemas que acompañan el trance del morir. En todo caso existen evidencias acumuladas a lo largo de la historia para pensar que una proporción muy alta de personas, y más probablemente en el caso del anciano y en un país como el nuestro de profunda tradición cristiana, desea recibir atención religiosa. La creencia en un más allá, en alguna forma de pervivencia o de resurrección es algo que puede ayudar de forma muy importante a superar estos momentos. La facilitación de este tipo de asistencia, no olvidándola, ni sintiéndose incómodo ante ella, debe estar siempre presente en la mente del médico.