Como cuidarse, Medicina y Salud

TRATAMIENTO HABITUAL DE CÁNCER

Para que el tratamiento de un cáncer sea óptimo, el diagnóstico precoz es un objetivo prioritario. A la mínima sospecha, se recomienda que rápidamente se consulte a un médico. Es habitual que en el proceso de diagnóstico se realicen diferentes pruebas como radiografías o tests. A veces, es necesario una biopsia, extración del tumor o parte del mismo, para examinar su patología; si es benigno o maligno. A partir de aquí el paciente deberá o no someterse a un tratamiento. El objetivo de todo tratamiento anticanceroso es destruir o extraer hasta la última célula cancerosa existente en el paciente. Mediante la cirujía se extirpa la totalidad del tumor. Mediante la radioterapia se consigue la destrucción del cáncer mediante la radiación. La radiación consigue dañar el material genético de las células cancerosas para evitar que éstas se muestren incapaces de dividirse y reproducirse. Por su parte, la quimioterapia se aplicará en aquellos casos donde el cáncer está muy extendido, repartido por varios órganos del cuerpo. Generalmente, la quimioterapia se aplica cuando la cirujía y la radiación se muestran insuficientes para la eliminación del cáncer. Este tipo de tratamiento se está perfeccionando cada vez más. Básicamente consiste en provocar un daño en el material genético de las células cancerosas a partir de la asociación de varias drogas. Se les denomina drogas citotóxicas por su capacidad de "envenenar" las células. Por tanto, el aspecto negativo del tratamiento por quimioterapia es que los medicamentos llegan también a dañar las células de los tejidos normales.