TRASTORNOS DE LA PIEL
Nuestra primera línea de defensa contra las bacterias causantes de enfermedades es la capa externa de la piel. Cuando esta se rompe pueden producirse furúnculos y otras infecciones de la piel. En cuanto los gérmenes atraviesan esta barrera, la fuerza defensiva del cuerpo, que es el sistema inmunitario, entra en acción. El organismo bombea más sangre hacia la zona afectada y el tejido de la piel recibe instrucciones de alterar su estructura celular y acordonar el área infectada para limitar la propagación de la bacteria. Así se forma el furúnculo, que termina por crear una cabeza en la superficie de la piel y se abre para eliminar pus. Respecto a enfermedades infecciosas de la piel también pueden producirse daños como el herpes zoster, erupciones dolorosas de múltiples ampollas, las aftas, pequeñas ampollas alrededor de la boca y fosas nasales, la tiña o el pie de atleta, enfermedad producida por el hongo Tinea pedis.
Otro trastorno de la piel son los eccemas, este término significa "inflamación de la piel" y es, por tanto, sinónimo de dermatitis. Es un trastorno crónico y se caracteriza por la inflamación, la irritación y el desprendimiento de células epidérmicas secas. E picor provoca que la persona se rasque y empeore el estado de su piel. Puede presentarse a cualquier edad y sobre todo a personas con pieles sensibles o alérgicas a la lejía, los detergentes y otros productos.
La urticaria se caracteriza por la aparición de ronchas inflamadas, de centro blanquecino, cuyo tamaño puede variar. Es producida por la concentración de histamina bajo la piel, fenómeno que puede ser provocado por la ingestión de alimentos, condimentos o fármacos, así como por la sensibilidad al frío, al polvo, al polen o incluso a la luz solar.
El acné, proceso inflamatorio que se desarrolla en los folículos pilosos de las glándulas sebáceas, es una afección asociada por lo común a los años de adolescencia.
Respecto a los tumores de piel, existen varios malignos. La exposición prolongada de la piel a los rayos UV de la luz solar aumenta el riesgo de padecer cáncer de piel. Aunque hay otros tipos de cáncer de piel menos comunes como la enfermedad de Paget y la micosis fungoide.