EL CEREBRO
El cerebro es la estación central de una compleja red de nervios que recorren todo el cuerpo. Junto a la médula espinal forma lo que se conoce como sistema nervioso central.
El sistema nervioso central controla todo el organismo a través de mensajes que continuamente recorren los nervios en todos los sentidos.
Toda la información que recibimos de nuestro entorno es captada por nuestros cinco sentidos. Los nervios que transportan la información recogida en la periferia de nuestro organismo hacia el cerebro se denominan nervios sensitivos.
Una vez que el cerebro elabora una decisión, manda sus instrucciones para llevarla a cabo a través de otros nervios conocidos como nervios motores.
Todos los impulsos nerviosos que entran y salen del cerebro han de recorrer algún segmento de la médula espinal. Sin embargo, de vez en cuando, es necesaria una acción tan rápida que no hay tiempo para que el mensaje llegue hasta el cerebro y descienda nuevamente a través de los nervios motores. En estos casos es la médula espinal la que procesa y envía la respuesta elaborada hacía el músculo o el grupo muscular correspondiente.
Los mensajes que se trasmiten por los nervios sensitivos y motores son, en realidad, mínimos impulsos eléctricos son, en realidad, mínimos impulsos eléctricos. Viajan a través de unas células especiales del tejido nervioso, llamadas neuronas. La actividad eléctrica de nuestro cerebro se puede recoger desde el cuero cabelludo con electrodos de una sensibilidad especial y se registran en un aparato denominado encefalógrafo. La ciencia encargada de estudiar los distintos patrones, normales y anormales, de las ondas cerebrales se conoce como electroencefalografía.
El conjunto de las células nerviosas que constituyen el cerebro forman una masa de tejido blanco de consistencia gelatinosa rodeado por tres capas de membranas que lo protegen, conocidas por las meninges, y por el líquido cefalorraquídeo. Las arterias del cuello proporcionan al cerebro el aporte sanguíneo sin el cual no podría sobrevivir.
Básicamente el cerebro se puede dividir en 3 regiones distintas: el prosencéfalo, el metencéfalo y el mesencéfalo. Cada una de estas regiones se divide a su vez en áreas responsables de distintas funciones. Todas estas áreas y regiones están íntimamente conectadas a todas y cada una de las demás áreas y regiones del cerebro.
La estructura que se encarga del balance y coordinación de nuestros movimientos se denomina cerebelo y se encuentra en el metencéfalo. Trabaja en estrecha relación con los órganos del equilibrio situados en el oído interno.
Por otro lado, el control del nivel de conciencia es una de las funciones más importantes que lleva a cabo el cerebro. La encargada de desarrollar esta función es la sustancia reticular. Actúa como un sistema de filtrado al cual llega absolutamente toda la información que continuamente entra a través de nuestros sentidos. En la sustancia reticular se decide que información es lo suficientemente importante como para alertar al cerebro, y esta información sigue su camino a regiones superiores del mismo.
La corteza cerebral, o superficie del cerebro dispone de un área especializada en recibir información sensorial (izquierda) y otra que se ocupa de elaborar la información motora (derecha). La proporción de corteza cerebral dedicada a recibir o mandar información depende de la parte específica del organismo. Por ejemplo, gran parte de la corteza sensitiva se dedica a los labios, lo que hace que estos sean muy sensibles. Por otro lado, gran parte de la corteza motora se dedica a enviar información hacia las manos, una de las partes del cuerpo más especializadas en movimientos y que necesita también mucha sensibilidad.