ARTERIOESCLEROSIS
La arterioesclerosis es un proceso regenerativo que produce cambios en la paredes arteriales, en general, y en las arterias coronarias, en particular. Se caracteriza por el depósito de material adiposo, en especial colesterol, ésteres del colesterol y ácidos grasos, que genera la formación de placas en la pared de las arterias, lo cual reduce el diámetro practicable de estas y hace que disminuya el flujo sanguíneo. Este proceso puede afectar a cualquier arteria del organismo.
Como consecuencia puede disminuir el flujo sanguíneo al cerebro y se provocan cambios degenerativos del tejido, la arterioesclerosis cerebral puede mermar la capacidad intelectual del paciente afectado. Un proceso parecido en las arterias renales alterará la función renal. Cuando este proceso altera a las arterias coronarias, disminuye el aporte de sangre al corazón y con el se perjudica la eficiencia cardiaca, se desencadena la angina de pecho, y, de ocurrir una oclusión total, se produce el infarto de miocardio. El 99 por ciento de los casos de angina de pecho y otro tanto de los infartos se deben a la arterioesclerosis coronaria.
Algunos investigadores relacionan esta enfermedad con la dieta, en especial con la cantidad de aceites y ácidos grasos saturados, grasas de origen animal, de nuestra dieta. Por otra parte, los estudios han demostrado que quienes disminuyen el consumo de cigarrillos o lo abandonan, reducen las posibilidades de actividad cardiaca arteriosclerótica, sin mencionar las enfermedades pulmonares, en las que el peligro disminuye desde que se deja de fumar.
Para evitar la arterioesclerosis no existe medicación alguna. Pero la hay para disminuir la cantidad y el nivel de ácidos grasos en la sangre, y que influye en especial en la disminución de un tipo de ácidos grasos, los triglicéridos, cuyo nivel está muy elevado por lo general en los casos en los que el colesterol también lo está, e igualmente es factor sospechoso de intervenir en el desarrollo de la arterioesclerosis.