EL CICLO DEL CREMIENTO
Crecimiento fetal: Durante los dos primeros meses del embarazo, los diferentes sistemas orgánicos se desarrollan por diferenciación, y el ritmo del crecimiento es relativamente lento. No obstante se recomiendan que las mujeres jóvenes adquieran buenos hábitos alimentarios antes del embarazo.
En el curso de los siguientes siete meses de la gestación, el peso del feto pasa de unos 6 g a los 3500 g que alcanza de promedio al término de esta. Si el feto no es nutrido de forma conveniente, puede sobrevenir el aborto, un parto prematuro o el nacimiento de un niño de pequeño tamaño.
Crecimiento durante el primer año: La división celular prosigue activamente durante el periodo posnatal. Durante los primeros meses de vida el crecimiento es más rápido que en cualquier otra etapa. Después el aumento es más lento, y transcurridos 12 meses, el peso del niño al nacimiento se ha multiplicado por tres, y su talla ha pasado de 50-55 al nacimiento a 76-80 cm. Los bebés necesitan una alimentación especial, debido como hemos visto a su progresivo crecimiento, a su actividad y a la inmadurez de su sistema gastrointestinal.
Primera infancia: Durante el segundo año de la vida del niño el crecimiento se atenúa, produciéndose normalmente un aumento de peso de 4 a 5 Kg. Después, entre 2 y 9 años, el promedio anual de aumento será de 2,5 kg.
El niño de 3 años tiene unas necesidades calóricas relativamente bajas, de manera que para proporcionar un aporte adecuado de otros nutrientes, procede una selección cuidadosa de los componentes alimentarios. Dada la fase de crecimiento por la que atraviesan los músculos y otros tejidos a esta edad, las necesidades proteicas son relativamente elevadas, aunque fácilmente satisfechas con la ingesta de leche, siempre que el niño consuma medio litro diario aproximadamente, y de carne a razón de 30 a 60 g en igual periodo. Las necesidades relativas al calcio, fósforo y magnesio quedan satisfechas con el medio litro de leche y los 30-60 g de carne antedichos. En cuanto al hierro se recomiendan 15 mg diarios que normalmente no son satisfechos con la dieta usual a esta edad, de manera que puede ser necesario recurrir a un suplemento.
Por último, un menú variado, suministrará la cantidad de vitaminas necesarias, siempre que el apetito del niño asegure su total consumo. Es importante que se administren cada día alimentos ricos en ácido ascórbico y vitamina A. Si no se usa la leche enriquecida, se impone un suplemento de vitamina D.
El niño en edad escolar: La composición del cuerpo experimenta numerosos cambios. La grasa desaparece a medida que los músculos aumentan de tamaño y se consolidan los huesos. Con el alargamiento de las piernas y cese del agrandamiento de la cabeza, las proporciones del cuerpo van adquiriendo el aspecto adulto. La coordinación motora progresa rápidamente, a la par que el desarrollo intelectual.
Durante este periodo el desayuno reviste gran importancia, deberá ser nutritivo para darle al niño la energía que va ha necesitar a lo largo del día. Aunque las necesidades calóricas pueden variar en función de su actividad física y crecimiento, la dieta aconsejable para niños de 3 a 10 años se basa en un aporte de 80 calorías por kg. de peso al día. Si la cantidad de calorías es insuficiente, la proteína de los alimentos será empleada como energético en vez de contribuir al desarrollo tisular. Diez calorías de menos por kilogramo y por día pueden comprometer al desarrollo del niño.
En esta fase de su desarrollo el niño debe aumentar la ingesta de proteínas a medida que progresa el crecimiento y en acompañamiento de la mayor demanda calórica y cuando la dieta sea suficientemente variada. La leche y los productos lácteos, la carne, el pescado, los huevos y la mantequilla de cacahuete contribuyen a este fin. En cambio, si la alimentación es a base de hidratos de carbono, dulces y bebidas gaseosas, la ingesta de vitaminas será insuficiente tanto en cantidad como en calidad.
La leche, tomada en la cantidad adecuada (2 ó 3 tazas diarias), es la principal fuente de calcio y fósforo, y, conjuntamente con la de carne, la de magnesio. El hierro se obtiene de la carne, huevos, verdura y patatas, del pan y cereales completos o enriquecidos, y también de las legumbres y mantequillas de cacahuetes. Si la cantidad de hierro suministrada por los alimentos que el niño consume diariamente, fuera insuficiente, debe aportarse un complemento.
Una dieta variada contiene las vitaminas necesarias para el crecimiento. En la mayoría de los casos tan solo es necesario añadir un zumo de frutas diariamente a la dieta del niño, para que consuma suficiente cantidad de vitamina C.
El "estirón" de la adolescencia: Debido a que durante el crecimiento de los adolescentes se produce en distintas edades en las niñas (de 11 a 13 años) y en los niños (de 12 a 15), las necesidades nutricias de unos y otros son diferentes. Los alimentos necesarios serán los mismos que durante la infancia pero en mayores cantidades. Un adolescente en pleno crecimiento necesita al menos un litro de leche diario o su equivalente para satisfacer las necesidades en calcio y proporcionar las proteínas de buena calidad asimismo indispensables. La leche descremada puede reemplazar a la completa en los casos de exceso de peso. Aparte del calcio, proteínas y calorías, las niñas requieren un suplemento de hierro en el momento en el que se instaura la menstruación, con alimentos como la carne magra, el hígado, las verduras, las patatas, el pan y los cereales enriquecidos.