DIETA DURANTE LA LACTANCIA
Tras el nacimiento el niño aún puede ser alimentado por el cuerpo de la madre; la comida es ahora producida por las glándulas mamarias en vez de a través del flujo sanguíneo, como antes del nacimiento. A medida que el lactante va creciendo y que aumenta el suministro de leche materna, el organismo de la madre requiere a su vez una alimentación más abundante que antes del parto. Un niño normal consumirá diariamente 16 g de leche por 100 g de peso corporal. Dado que el valor calórico de la leche materna es de 67 calorías por 100 g, podemos deducir que una madre que amamante a un bebé de 4,5 kg. requerirá 480 calorías diarias más, sin contar la actividad extra inevitable que implica el cuidado del niño.
Además del aumento de los requerimientos energéticos existen también mayores requerimientos de proteínas, minerales y vitaminas. Deben evitarse las grasas y los alimentos fritos, los platos muy condimentados, los embutidos y encurtidos, las hortalizas fuertes de gusto y las judías secas. En cambio debe tomarse cantidades abundantes de agua y otros líquidos.
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